Vivimos en la época de las formas dentro de la sociedad de la comunicación. Esto quiere decir que nunca nos podemos permitir perder la oportunidad de vender un buen producto (en nuestro caso el proceso de selección) por no ajustarnos a las formas y proceso de búsqueda.
Supongamos que enviamos nuestro Curriculum Vitae a una empresa sin una carta de presentación. ¿Qué es lo que puede pensar la persona que nos lo lee?; ¿qué quiere quien lo envía? ¿por qué lo envía? ¿en qué puesto quiere trabajar?…
Por eso es necesario ser consciente de que lo que le enviamos al empresario es una carta, y como anexo a dicha carta se incorpora el curriculum vitae. Lo mismo es aplicable cuando se envía por correo electrónico. No quiero olvidarme de recordar que el archivo en Word PDF… en el que enviemos nuestro curriculum vitae, ha de llevar nuestro nombre.
La estructura de la carta de presentación ha de ser breve directa y sencilla. Estructurada en tres párrafos:
- Presentación y comunicación del puesto en el que quieres trabajar o dónde conociste la necesidad de dicho trabajo, nunca más de 3, 4 líneas.
- En este caso tienes que diferenciar si se trata de autocandidatura o si por el contrario se trata de postulación a un anuncio de empleo previo.
- Resumen del curriculum vitae, tu formación, experiencia, aptitudes y actitudes. Nunca más de 4 o 6 líneas.
- Despedida, mostrando tu agradecimiento y tu puesta a disposición para incorporarte a un proceso de selección.