El autobús y los pasajeros
El autobús y los pasajeros

El autobús y los pasajeros

Recuerdo  una canción de mi guitarrista favorito Yngwie J  Malmsteen, por esa època yo tenía 16 años, titulada,” I´m my own enemy” (Yo soy mi único enemigo). En ese tiempo , por descontado,  no era consciente de lo que podría ser el sentido y significado de dicha frase. Ha sido con el tiempo y con la experiencia, que he ido descubriendo el verdadero significado de la misma.

Somos nosotros los únicos que nos vamos a poner limitaciones, nadie nunca te va poder limitar tanto como lo que tú te puedas llegar a limitar. Pensamientos tales  como; “No puedo”, “No lo sé hacer”, “No me va a salir bien”, “Todo a ser una catástrofe”… son normales tenerlos, nos preparan para la batalla, para los retos. El problema es cuando se convierten en los conductores de tu vida.

Recuerda, no eres lo que piesas, eres lo que decides hacer.

En la entrada de hoy os pongo la metáfora del autobús y los pasajeros. A ver qué opináis:



Imagínate que ere es el conductor de un autobús con muchos pasajeros. Los pasajeros son pensamientos, sentimientos, recuerdos y todas esas cosas que uno tiene en su vida. Es un autobús con una única puerta de entrada, y sólo de entrada. Algunos de los pasajeros son muy desagradables y con una apariencia peligrosa.

Mientras conduces el autobús algunos pasajeros comienzan a amenazarte diciéndote lo que tienes que hacer, dónde tienes que ir, ahora gira a la derecha, ahora ve más rápido, etc., incluso te insultan y desaniman, eres un mal conductor, un fracasado, nadie te quiere… Tú se siente muy mal y haces casi todo lo que te piden para que se callen, se vayan al fondo del autobús durante un rato y así te dejen conducir tranquilo.

Pero algunos días te cansas de sus amenazas, y quieres echarlos del autobús, pero no puedes y discutes y te enfrentas con ellos. Sin darte cuenta de que  la primera cosa que has hecho es parar, has dejado de conducir y ahora no estás yendo a ninguna parte. Y además los pasajeros son muy fuertes, resisten y tu no puede bajarlos del autobús. Así que resignado vuelves a tu asiento y conduces por donde ellos mandan para aplacarlos.
De esta forma, para que no te molesten y no sentirte mal empiezas a hacer todo lo que te dicen, y a dirigir el autobús por dónde te dicen para no tener que discutir con ellos ni verlos. Tú haces lo que te ordenan y cada vez lo haces antes, pensando en sacarlos de tu vida. Muy pronto, casi sin darte cuenta, ellos ni siquiera tendrán que decirte “gira a la izquierda”, sino que tú girarás a la izquierda para evitar que los pasajeros se echen sobre ti y te amenacen.

Así, sin tardar mucho, empezarás a justificar sus decisiones de modo que casi creerás que ellos no están ya en el autobús, y acabaras convenciéndote de que estás llevando el autobús por la única dirección posible. El poder de estos pasajeros se basa en amenazas del tipo “si no haces lo que te decimos, apareceremos y haremos que nos mires, y te sentirás mal”. Pero eso es todo lo que pueden hacer. Es verdad que cuando aparecen estos pasajeros, pensamientos y sentimientos muy negativos, parece que pueden hacer mucho daño, y por eso aceptas el trato y haces lo que te dicen para que te dejen tranquilo y se vayan al final del autobús donde no les puedas ver.

¡Intentando mantener el control de los pasajeros, en realidad has perdido la dirección del autobús¡ Ellos no giran el volante, ni manejan el acelerador ni el freno, ni deciden dónde parar. El conductor eres tú.

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