Como ya os he explicado en clase, el establecer el vínculo de causalidad entre una enfermedad y el trabajo, se puede convertir en algo un poco complicado, ya que, dicha relación de causalidad no se puede establecer de un modo tan directo e inmediato como en el caso de un accidente de trabajo ( ej. el trabajador se partió la pierna pues se cayó de un andamio). Pero en el caso de las enfermedades profesionales la relación de causalidad se complica un poco más, debido al elemento de morbilidad, latencia y caracter insidioso de las mismas.
Por eso nuestro legislador lo que ha establecido es un exhaustivo sistema de investigación médica para al final poder establecer dicha relación de causalidad entre el trabajo y determinada enfermedad profesional.
Este es el caso de la última reforma de nuestro Real Decreto 1299/2006, reformado por el Real Decreto 1150/2015, por el que se añade el Cáncer de laringe, y la relación que principalmente existe con actividades en las que se trabaje con asbestos y amianto.
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